Samsung ha presentado su nueva joya tecnológica: el Galaxy S25 Edge. En una era donde el rendimiento y la portabilidad ya no son aspiraciones opuestas, el último modelo de la serie Galaxy S cambia lo que cabe esperar de un dispositivo móvil. No se trata únicamente de una actualización de hardware o de una apuesta por el diseño fino; es la consolidación de una visión en la que la inteligencia artificial (IA) acompaña al usuario y actúa como catalizador de nuevas posibilidades.
Más allá de la delgadez
Su diseño, más delgado que sus predecesores, no compromete en la potencia ni en la autonomía. Cada línea del dispositivo refleja una decisión técnica orientada a ofrecer una experiencia de gama alta en un formato portátil. Pero lo que realmente lo diferencia del resto del mercado es su integración profunda con Galaxy AI, un conjunto de funciones inteligentes que transforma la relación entre el usuario y su terminal.
Uno de los aspectos más destacados del Galaxy S25 Edge es su sistema fotográfico. El sensor de 200 megapíxeles impresiona por su capacidad, pero también por la manera en que la IA potencia su rendimiento. Gracias al reconocimiento de escenas, la edición automatizada y la gestión inteligente del contenido visual, el usuario accede a herramientas que hasta hace poco solo estaban disponibles en entornos profesionales. Todo esto sin que el tamaño o el peso del dispositivo se resientan.
Samsung ha dejado claro que este terminal va más allá de la simple delgadez. No se trata unicamente de fabricar un móvil ligero, sino de hacerlo sin renunciar a las funcionalidades que definen a uno de alta gama. En ese sentido, el S25 Edge no representa una ruptura, sino una evolución lógica de lo que la marca ha venido desarrollando en los últimos años, especialmente en lo relativo a la unificación entre hardware avanzado y software inteligente.
La presentación oficial del dispositivo, prevista para el 13 de mayo, servirá para desvelar los detalles técnicos que aún permanecen bajo embargo. Sin embargo, la estrategia de comunicación ya avanza el enfoque de esta nueva etapa: dispositivos que no solo responden a las necesidades del presente, sino que anticipan las del futuro.