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Por qué tu móvil se calienta tanto (y qué puedes hacer)

Cuando el móvil ejecuta tareas exigentes la CPU trabaja al máximo, generando un exceso de calor que el dispositivo no siempre logra disipar con eficacia.

Los teléfonos inteligentes son cada vez más potentes, pero también más propensos a generar calor. Aunque un cierto aumento de temperatura es normal durante el uso intensivo, el sobrecalentamiento constante puede reducir el rendimiento, dañar la batería o incluso acortar la vida útil del terminal.

Sobrecalentamiento smartphones. Imagen: Pixabay
Sobrecalentamiento smartphones. Imagen: Pixabay

El sobrecalentamiento del teléfono puede ser una señal de un uso ineficiente o de un fallo interno.

En la mayoría de los casos, el calor procede del procesador y la batería, los dos componentes que más energía consumen. Cuando el móvil ejecuta tareas exigentes la CPU trabaja al máximo, generando un exceso de calor que el dispositivo no siempre logra disipar con eficacia.

Otro factor habitual es la temperatura ambiente. Dejar el teléfono expuesto al sol, sobre el salpicadero del coche o cerca de fuentes de calor puede provocar un aumento rápido de la temperatura interna. Incluso el uso de fundas gruesas o mal ventiladas puede impedir que el calor se disipe correctamente.

Las aplicaciones en segundo plano son otro enemigo silencioso. Muchas apps continúan consumiendo recursos incluso cuando no se están utilizando, provocando un esfuerzo constante del procesador. Revisar los permisos y cerrar las aplicaciones innecesarias puede reducir notablemente la carga térmica.

También es importante revisar el cargador. Los accesorios de baja calidad o no certificados pueden provocar un suministro irregular de energía que sobrecalienta la batería. Usar el cargador original o uno homologado por el fabricante es una de las formas más sencillas de evitarlo.

El calor puede agravarse durante la carga, especialmente si el móvil se utiliza al mismo tiempo para ver vídeos o jugar. En estos casos, lo mejor es dejarlo descansar hasta que la batería se recargue por completo. Si el teléfono se calienta en exceso incluso en reposo, podría tratarse de un fallo del sistema o de la batería, en cuyo caso conviene acudir al servicio técnico.

Reducir el brillo de la pantalla, desactivar funciones innecesarias como el Bluetooth o la localización, y mantener el software actualizado son medidas básicas que ayudan a mantener la temperatura bajo control. Algunos modelos incluyen incluso modos de ahorro de energía o gestión térmica que limitan automáticamente el rendimiento para evitar daños.

En definitiva, el calor en los smartphones es un efecto secundario del progreso tecnológico, pero un uso racional y unos cuidados básicos bastan para mantenerlo bajo control. La clave está en prevenir antes de que el calor se convierta en un problema.